Hermanos
soldados rojos; los agentes de Nicolás os tenían en la oscuridad y
os habían llevado a una guerra
fratricida contra los japoneses,
después contra los alemanes y contra otros numerosos pueblos,
únicamente para
aumentar sus riquezas, mientras que vosotros
teníais que esperar sólo la muerte, y en vuestra casa la ruina
completa.
Pero
la nube y la niebla que le impedían ver se disiparon, el sol
resplandeció, la luz vino a vosotros y terminasteis
con la guerra
fratricida. Fue sin embargo sólo una calma momentánea antes de la
nueva tormenta.
¡Ahora,
os envían de nuevo a combatirnos, a nosotros los "insurgentes
makhnovistas", en nombre de un supuesto
poder
"obrero-campesino" que te aporta de nuevo cadenas y
esclavitud! Las riquezas y las alegrías van a esta banda
de
burócratas parásitos que chupan tu sangre. ¿ Acaso no has
comprendido esto durante los tres años de guerra
fratricida?
¡Todavía
vas a derramar tu sangre para la burguesía recientemente nacida y
para los comisarios creados por ella, y
qué te envían, cual
ganado, a la matanza!
¿
Acaso todavía no has comprendido que nosotros, los "insurgentes
makhnovistas", combatimos por la completa
emancipación
económica y política de los trabajadores, por la vida libre sin
estos comisarios y otros agentes
de la represión?
Qué
el amanecer venga también a tu campamento y te muestre el camino que
lleva a la destrucción de la guerra
fratricida de las masas
trabajadoras. En este camino, te reunirás con nosotros y continuarás
combatiendo en
nuestras filas por un futuro mejor, por una vida
libre. En cada encuentro con nosotros, con el fin de evitar hacer
correr la sangre fraternal, enviadnos a delegados para parlamentar,
pero si esto no es posible y los comisarios te
obligan, a pesar de
todo, a combatirnos, deja las armas y ven a nuestro encuentro
fraternal.
¡
Abajo la guerra fratricida entre los trabajadores!
¡
Viva la paz y la unión fraternal de los trabajadores de todo país y
de toda nación!
Mayo
1920
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