Palabras previas: la esencia del
problema
Los debates provocados por la
"Plataforma Organizativa" se han enfocado, hasta ahora,
principalmente sobre sus
variados argumentos o, de hecho, sobre la
propuesta organizativa contenida en ella. La mayoría de sus
críticos,
así como muchos de quienes la apoyan, han carecido de
una visión clara en su apreciación sobre la sustancia de
las
premisas de la Plataforma: no han tratado de descubrir cuales fueron
los factores que conllevaron su
aparición, el punto de partida
adoptado por sus autores. Y sin embargo, este asunto es de la mayor
importancia
para aquellos que buscan comprender el espiritu y la
importancia de la Plataforma.
La recientemente publicada "Respuesta
a la Plataforma" de Volin y algunos otros anarquistas,
proponiéndose
representar un completo rechazo a la Plataforma, ha
fracasado -pese a todos sus esfuerzos en esta tarea, pese a
todos
sus clamores de leer "entre líneas"- en elevarse por sobre
el nivel de una diatriba banal en contra de
argumentos tomados por
separado, y se ha mostrado impotente de abordar el corazón mismo del
problema.
Debido a que esta "Respuesta"
demuestra la más completa incomprensión de las tésis de la
Plataforma, las
distorsiona y hace uso de sofismas para rebatirlas,
el Grupo de Anarquistas Rusos en el Extranjero, habiendo
indagado en
este amago de crítica, ha, una vez más, identificado una serie de
puntos que son cuestionados: al
mismo tiempo, el Grupo ha registrado
ineptitud política y teórica de la Respuesta.
El siguiente comentario, titulado
"Respuesta a los Confusionistas en el Anarquismo", se
dedica a examinar su
réplica. Su intención no es servir ni de
complemento ni de anexo a la Plataforma: está diseñado, meramente,
para
clarificar algunas de sus tésis. Sin embargo, permítasenos
aprovechar esta oportunidad para remarcar algunas
cosas a
consideración de los compañeros que puedan tener algún interés en
la Plataforma para organizar al
Anarquismo: creemos que al hacer
esto, ayudamos a que su espíritu y su significado sean mejor
entendidos.
Hemos adquirido el hábito de culpar
del fracaso del movimiento anarquista en Rusia entre 1917-1919, a la
represión estatal del Partido Bolchevique. Lo cual es un grave
error. La represión Bolchevique dificultó la expansión
del
movimiento anarquista durante la revolución, pero fue sólo uno de
los obstáculos. Mas bien, fue la inefectividad
interna del propio
movimiento anarquista una de las principales causas de este fracaso,
una inefectividad emanada
de la vaguedad y de la indecisión que
caracterizaron a sus principales posiciones políticas respecto a
organización y tácticas (Esperamos demostrar y desarrollar esta
opinión en un estudio separado, adjuntando datos y documentos de
prueba).
El anarquismo carecía de una opinión
firme, enérgica y oportuna ante los principales problemas que
enfrentaba la
Revolución Social, opiniones que eran necesarias para
satisfacer a las masas que hacían la Revolución. Los Anarquistas
llamaban a tomarse las fábricas, pero no tenían una noción
homogénea y bien definida sobre la nueva
producción y su
estructura. Los anarquistas favorecían la consigna comunista: "De
cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus
necesidades", pero nunca se molestaron en aplicar este concepto
a la vida
real. Es así como permitieron que elementos sospechosos
transformaran este gran principio en una caricatura del
anarquismo
(Debemos recordar como muchos estafadores se aferraron a este
principio como un medio de obtener
bienes colectivos, durante la
revolución, en provecho propio). Los Anarquistas hablaban mucho de
la actividad
revolucionaria de los mismos trabajadores, pero fueron
incapaces de dirigir a las masas, aunque más no fuera
rudimentariamente, hacia las formas que tal actividad debiera asumir:
se demostraron incapaces de regular las
relaciones recíprocas entre
las masas y su centro ideológico. Incitaban a las masas a sacudirse
del yugo de la
Autoridad: pero no indicaban cómo las ganancias de
la Revolución se habrían de consolidar y defender. Carecían
de
opiniones claramente definidas y de políticas de acción específicas
con respecto a muchos otros problemas.
Lo cual los alienó de las
actividades de las masas y los condenó a la impotencia social e
histórica.
En esto debemos ver la principal causa
de su fracaso en la Revolución Rusa. Nosotros, los anarquistas rusos
que
vivimos la prueba de fuego revolucionaria entre 1905 y 1917, no
tenemos la menor duda respecto a ello.
La obviedad de la inefectividad interna
del anarquismo nos ha compelido a buscar fórmulas para alcanzar el
triunfo.
En veinte años de experiencia, de
actividad revolucionaria, veinte años de esfuerzos en las filas
anarquistas, y de
esfuerzos que no consiguieron nada sino fracasos
del anarquismo en cuanto movimiento organizador: todo
esto nos ha
convencido de la necesidad de un nuevo partido-organización
anarquista que cubra amplios sectores,
arraigado en una teoría, una
política y una táctica común.
Estas son las premisas de la
"Plataforma Organizativa". Si los anarquistas de otros
países, sin la experiencia de
primera mano de la Revolución Rusa,
pero con algún conocimiento de ella, aunque sea magro, estuvieran
dispuestos a examinar cuidadosamente el estado del movimiento
anarquista en sus propios países, no podrían
dejar de notar que la
inefectividad interna que causó el fracaso del anarquismo en la
Revolución Rusa, prevalece
igualmente en sus propias filas y
representa una amenaza mortal sobre el movimiento, especialmente en
tiempos
de revolución. Entonces, comprenderán el significado del
paso adelante que representa la Plataforma Organizativa
para el
anarquismo, desde el punto de vista de las ideas, como del punto de
vista de la organización y construcción. Y comprenderán que solo
el camino trazado por la Plataforma, puede restaurar la salud del
anarquismo y fortalecerlo entre las masas.
P. Archinov
RÉPLICA A LA RESPUESTA
DE ALGUNOS ANARQUISTAS RUSOS A LA
PLATAFORMA
La
Respuesta (Abril de 1927) de algunos anarquistas rusos a la
Plataforma, es un intento de criticar y rechazar
completamente la
"Plataforma Organizativa" publicada por el Grupo de
Anarquistas Rusos en el Extranjero. Los
autores de la Respuesta,
declaran estar en desacuerdo, no sólo con ciertas ideas expuestas en
la Plataforma,
sino que con toda ella. Es precisamente "la
Plataforma, en cuanto tal... sus principios subyacentes, su esencia,
su misma lógica" los que no son aceptables a su parecer, ellos
dicen: ellos dicen que no es Anarquismo, sino
Bolchevismo lo que en
ella se expresa (pp. 30-37). La esencia ideológica de los
Bolcheviques y de los "Plataformistas" es idéntica (p.
37). Indudablemente, ellos dicen, (p.29) "los autores de la
"Plataforma" ven como
indispensable: la creación de un
centro de dirección política, la organización de un ejército y de
una fuerza
policial a disposición de ese centro, lo que
esencialmente significa, la introducción de una autoridad política
transitoria, en esencia, estatalista". Y la Respuesta está
aderezada con cantidad de otras afirmaciones semejantes e igualmente
sorprendentes.
Creemos
que tales afirmaciones obligan a que sus autores provean evidencia
adecuada antes de hacerlas. De
hecho, esta práctica de hacer
alegatos sin fundamentos puede llevar al movimiento anarquista a un
conducta
cuestionable: todo anarquista, en el verdadero sentido de
la palabra, debe, por lo tanto, tomar una posición
decidida contra
esta clase de argumentación. En el curso de nuestra exposición,
veremos en qué medida los
autores de la Respuesta han buscado dar
autenticidad a sus propios alegatos y cómo esto nos arroja luz sobre
el
significado y el valor de la Respuesta.
Sus
autores comienzan declarando que están en "total desacuerdo con
el grupo respecto a muchas tesis fundamentales e importantes
contenidas en la Plataforma". Pero en realidad, el disenso se
relaciona con cada una
de las tesis de la Plataforma sobre
organización y principios. Para explicar su diferencia de opinión,
se dan
vueltas, recurren a sofismas, para terminar en dudosas
conclusiones propias. Ya que son hostiles a priori a toda la
Plataforma, pero carecen de una visión propia explícita sobre
cualquiera de los aspectos tratados en la Plataforma,
no podría ser
de otra manera. Esto lo podemos apreciar si nos detenemos en sus
principales objeciones. Pero
hay más aún: vemos que los autores de
la Respuesta, al rebatir ciertos argumentos de la Plataforma,
frecuentemente terminan reiterando estos mismos argumentos,
proclamándolos como suyos propios y usándolos
contra la
Plataforma.
Queremos
aclarar un punto: la mejor respuesta a sus objeciones es la misma
Plataforma, y el lector encontrará en
ella opiniones específicas y
claras sobre cada uno de los aspectos discutidos. Nos ocuparemos
ahora tan sólo de
algunos aspectos de la Plataforma que los autores
de la Respuesta han intentado rebatir, a fin de clarificar el
espíritu y la corriente que los ha motivado.
1. Las Causas de la
Debilidad del Movimiento Anarquista
La
Plataforma localiza las principales causas de la debilidad del
movimiento anarquista en la ausencia de un factor
organizativo y de
relaciones organizadas dentro del movimiento, que lo llevan a un
estado de "desorganización
crónica". A la vez, la
Plataforma agrega que esta desorganización se anida en algunas
limitaciones de naturaleza
ideológica. Podemos ver estas
limitaciones en un amplio rango de principios pequeño burgueses que
no tienen
nada que ver con el anarquismo. La desorganización que
prevalece en nuestras filas es ayudada por la confusión
ideológica.
Y a fin de poner fin a tal confusión práctica e ideológica, la
Plataforma sostiene la idea de establecer
una organización general
fundada sobre un programa homogéneo. De esta manera, la Plataforma
sienta las bases
de una organización general de anarquistas y
genera homogeneidad ideológica. La organización creada, así,
colectivamente, será lo suficientemente fuerte como para librar al
anarquismo de sus contradicciones ideológicas
y de sus
inadecuaciones organizativas, pavimentando el camino a una
organización anarquista poderosa alineada
en torno a principios
homogéneos. No vemos otra forma de desarrollar y fortalecer al
anarquismo entre las masas.
La Plataforma ha señalado que la
propuesta de agrupar a las distintas corrientes anarquistas en una
"familia unida
tiernamente" no va a restaurar la salud del
movimiento anarquista, sino que en lugar de ello, sólo puede
empeorarla y aturdirla.
Las
críticas de la Respuesta, repudian absolutamente el cuadro que la
Plataforma retrata respecto a las causas
de la debilidad del
movimiento anarquista. Ellos ven las causas en "la vaguedad de
muchas ideas básicas a
nuestra perspectiva, tales como la noción
de revolución social, de violencia, de creatividad colectiva, de
período
de transición, de organización y algunas otras".
Además, los autores de la Respuesta enumeran otras materias en
las
cuales los anarquistas no se ponen de acuerdo. Si se les creyera,
deberíamos pensar que los anarquistas no
tienen una visión común
sobre nada, y que debiéramos primero teorizar sobre todo antes de
abordar el problema
de la organización. Ya hemos escuchado estas
ideas y promesas bastante seguido hasta ahora. Y, en lugar de
amenazar por ciento primera vez con realizar un trabajo teórico en
profundidad, ¿no sería mejor que los autores de
la Respuesta se
ocuparan de esta tarea, haciéndola fructificar para luego ofrecerla
como contra argumento a la
Plataforma? Nuestra concepción sobre los
principios del anarquismo es bastante diferente. Estamos concientes
de que hay acuerdo entre los anarquistas respecto a los temas de
mayor trascendencia, como la idea de la
revolución social, de la
violencia, de la creatividad colectiva, de la dictadura, de la
organización, etc. Aquellos quehasta ahora han permanecido
adversarios de la revolución social, de la violencia revolucionaria
y de la organización, siempre seguirán siéndolo, y sería, en
realidad, demasiado ingenuo escribir la historia del anarquismo de
nuevo sólo por ellos. Tan pronto como alguien se nos acerque y nos
diga que no acepta la idea de
la revolución social, alguien podría
anunciar que se opone a la violencia revolucionaria, un tercero
podría expresar
su insatisfacción con la misma idea del comunismo
anárquico y un cuarto podría hablar en contra de la lucha de
clases. Declarar en toda ocasión que los "principios
anarquistas" no han sido suficientemente precisados, es de
hecho, prácticamente el fracaso para divisar una teoría general.
¿No tuvimos a Bakunin, Kropotkin y Malatesta,
quienes fueron lo
suficientemente precisos sobre los principios anarquistas? Ha habido
movimientos anarquistas
en gran cantidad de países, basados en
aquellos principios. ¿Cómo se puede declarar que no han sido
suficientemente claros?
Es
cierto que hay muchos puntos obscuros en el anarquismo. Pero aquellos
son de otro carácter. El hecho es que junto al incuestionable núcleo
anarquista, el movimiento posee un número de tendencias liberales y
desviaciones individualistas que no permiten que éste tenga una base
estable. Para restaurar la salud del movimiento, se le debe liberar
de estas tendencias y desviaciones: pero esta limpieza es, en gran
medida, evitada
por todos aquellos individualistas, abiertos o
encubiertos (y los autores de la Respuesta indudablemente se
encuentran entre estos últimos), que son parte del movimiento.
2. La Lucha de Clases en
el Sistema Anarquista
La
Plataforma declara, simplemente, que la "lucha de clases entre
el Trabajo y el Capital fue, en toda época en la
historia de la
sociedad humana, el principal factor determinando la forma y la
estructura de aquellas sociedades",
que el anarquismo emergió
y se desarrolló en el terreno de esa lucha, en el seno de la
humanidad laboriosa y
oprimida; que es un movimiento social de las
masas oprimidas; el intento de presentarlo como un problema
humanitario general equivale a una falsedad social e histórica. En
la lucha entre el Capital y el Trabajo, el
anarquismo lucha de lleno
e inseparablemente del lado de éste último.
Los
autores de la Respuesta, contrarían aquel claro y preciso mensaje
diciendo que "el anarquismo es una
síntesis de elementos:
clasistas, humanos e individuales". Esta visión es común a la
de los liberales, temerosos
de confiar sobre las verdades del
Trabajo, y quienes siempre han oscilado ideológicamente entre la
burguesía y el
proletariado, buscando valores humanistas comunes
para usarlos como conexión entre las clases contendientes.
Pero
nosotros sabemos bien que no hay una humanidad, única e indivisible,
que las demandas del anarquismo
comunista serán alcanzadas sólo
mediante la determinación de la clase obrera y que la actividad de
la
humanidad, como un todo e incluída la burguesía, no apunta en
absoluto hacia ello: consecuentemente, el punto
de vista ofrecido
por los liberales que no saben cómo tomar posición en la tragedia
social mundial, no puede tener
nada que ver con la lucha de clases
ni, de este modo, con el anarquismo.
3. Sobre el Problema de
la Dirección de las Masas y los Eventos desde el Punto de
Vista de las Ideas
La
Respuesta más bien extrae la idea de un liderazgo autoritario de su
propia inventiva que de las ideas expuestas en la Plataforma. Y,
hablando más ampliamente, a lo largo de la Respuesta, lo que sus
autores buscan
es descifrar algún significado oculto en la
enigmática Plataforma, llegando a pintar un cuadro que pretende
aterrorizar, no sólo a los anarquistas, sino que incluso a ciertos
estadistas más sentimentales que lo común. De
esta manera, la
influencia ejercida en el plano de las ideas por los anarquistas
sobre los sindicatos revolucionarios
es interpretada por ellos como
la subordinación de estas sindicatos a la organización anarquista.
El método de
una estrategia militar revolucionaria común aplicada
a la defensa de la revolución se "convierte", en su
interpretación, en la idea del ejército de un Estado centralizado.
La noción de un comité ejecutivo de la organización anarquista, se
convierte, en su interpretación, en un Comité Central dictatorial,
que demanda de una
incuestionable obediencia. Uno podría pensar que
los autores de la Respuesta son demasiado ignorantes como
para ser
capaces de poder captar la esencia de todos estos problemas: ¡Nada
de ello! Todas estas deformaciones
y alteraciones hechas por ellos,
persiguen un mismo fin: nosotros demostraremos brevemente hasta qué
punto
nuestros adversarios pretenden alarmarse con la expresión
"dirección de las masas y de los eventos desde el
punto de
vista de las ideas". ¿Pero no son, entonces, como aquellos
casos raros, que aterrorizándose con la idea
de la influencia,
están aterrados de ellos mismos ser influyentes? La dirección de
las masas desde el punto de
vista de las "ideas",
simplemente, quiere decir la existencia de una idea que sirva de guía
en el movimiento. En el
mundo de la lucha socialista y de las
demandas socialistas, tales ideas no son numerosas. Pero es natural
que
nosotros, los anarquistas queramos que las ideas que guíen a
los explotados sean ideas anarquistas y no, por
ejemplo,
social-demócratas, como aquellas que tan sólo recientemente han
traicionado al movimiento de obreros
revolucionarios Vienés (1) .
Pero
para que las ideas anarquistas lleguen a convertirse en el magneto de
las masas, debemos desarrollar una actividad ideológica bien
organizada, la cual, a su vez, necesita de una organización
anarquista cuyos miembros
difundan nociones bien claras y coherentes
entre las masas. Todo lo cual es tan elemental y auto-evidente, que
resulta vergonzoso tener que aclararlo una y otra vez, a esta altura,
a gente que se dice estar familiarizada con el
anarquismo. Los
autores de la "Respuesta" están, de sobra, concientes de
ello, ya que, tras deformar nuestro
punto de vista y de ofrecer una
montaña de absurdos en relación a la Unión General de Anarquistas,
terminan
diciendo que el rol de los anarquistas en las
organizaciones económicas es influenciar a las masas moralmente y
en términos de las ideas, mientras que las organizaciones
específicamente anarquistas debieran, de hecho,
ayudarlas desde el
punto de vista de las "ideas". ¿Pero al decir esto no se
están casi tomando prestadas las
posiciones de la Plataforma, luego
de haber enlodado su nombre? ¿Qué significa "influenciar y
asistir a las masas
desde el punto de vista de las ideas"? ¿Van
los anarquistas a dar asistencia ideológica a una muchedumbre a
punto de realizar un pogrom o de realizar un linchamiento ? (2) Toda
asistencia entregada a las masas en el plano
de las ideas, debe ser
consonante con la ideología anarquista: de otro modo, no sería
asistencia "anarquista".
"Asistir ideológicamente",
simplemente significa: la influencia desde el punto de vista de las
ideas, la dirección
desde el punto de vista de las ideas. Bakunin,
Kropotkin, Reclus, Malatesta -estos son hombres que fueron,
indudablemente, dirigentes ideológicos de las masas. Pero nosotros
aspiramos a que esa dirección, que se ha
ejercido ocasionalmente,
se convierta en un factor permanente: esto sólo será posible cuando
haya una organización que posea una ideología común y cuyos
miembros se involucren en una actividad ideológicamente
coordinada,
sin ser colateral o dispersa como ha sido el caso hasta ahora. Estos
son los términos en que la
cuestión ha sido planteada. Y es en
vano que los autores de la "Respuesta" soñarán sofismas a
fin de demostrar
que la dirección en el plano de las ideas
significa una dirección autoritaria.
Son
las masas populares las que harán la revolución por sí mismas,
dicen nuestros adversarios. Entendido. Pero
deben saber que la masa
revolucionaria se nutre por siempre en el seno de una minoría de
iniciadores, que
precipitan y dirigen los eventos. Y estamos
autorizados para afirmar que en una verdadera revolución social,
solo
los partidarios del anarquismo obrero serán contados entre
esta minoría.
4. La Idea del Período
de Transición
La
"Plataforma" resalta que los partidos políticos
socializantes entienden el término "Período de Transición"
queriendo significar una etapa específica en la vida del pueblo,
siendo los rasgos esenciales de tal período: un
quiebre con el
antiguo orden de cosas y la instalación de un nuevo sistema político
y económico, un sistema el
cual, en cuanto tal, no representa aún
la completa emancipación de los trabajadores. El Comunismo
anárquico,
sin embargo, repudia arreglos transicionales de esta
naturaleza. Aboga por una revolución social de los trabajadores que
siente las bases para una sociedad libre e igualitaria.
Llama la
atención que el problema no pueda estar más claramente planteado.
Pero los autores de la "Respuesta"
han lucubrado para
descubrir precisamente lo opuesto en la "Plataforma". Según
ellos estiman, la "Plataforma" es,
enteramente, un mero
"intento de ofrecer esta idea (del período de transición) y de
transplantarla al anarquismo". Y he aquí la prueba: la
"Plataforma" prevé algunos temas, (algunos están en el
apéndice a la
"Plataforma"), sobre cuando la prensa (o
más bien el abuso ya mencionado) de la clase hostil a los
trabajadores
sea suprimida por los obreros en lucha. Y los autores
de la "Respuesta" se regocijan: ¿Por qué esto no
equivale,
"en realidad a un período de transición"?
Luego, la "Plataforma" declara que el principio comunista
anárquico "de
cada cual según sus capacidades, a cada cual
según sus necesidades" de ninguna manera hace que incumba a
los obreros rebeldes encargarse de alimentar a todo el mundo,
incluídos sus enemigos declarados quienes, por
motivos
contra-revolucionarios, se negarán a tomar parte en la producción y
no soñarán con otra cosa que con
decapitar la revolución. Tal
principio, simplemente, significa igualdad en la distribución dentro
de los parámetros de
una sociedad igualitaria: no se aplica en
absoluto a aquellos que se han puesto fuera de esa sociedad por
motivos
contra-revolucionarios. Más aún, tal principio significa
que cada miembro de la sociedad de los trabajadores que
profite de
sus sus servicios, debe servirle de acuerdo a sus fuerzas y
capacidades, y de ningún modo de acuerdo
a sus caprichos o para
nada. Los autores de la "Respuesta", nuevamente, lanzan un
grito en el cielo: ¿qué hay
con eso, no es acaso eso período de
transición? Ellos proclaman "la aplicación del principio de
igual goce sobre
todos los productos disponibles y recientemente
manufacturados, sin miramientos a su cantidad, para todos los
miembros de la colectividad, sin excepciones, restricciones o
privilegios de ninguna clase". La verdad, es que no
queda claro
en esta fórmula si es que los trabajadores rebeldes deban alimentar
a la burguesía que no toma parte
en la producción y que utiliza su
ingenuidad para oponérseles. Pero, ya que esta fórmula está en
oposición con el
principio obrero de la "Plataforma",
deberíamos concluir que los trabajadores tendrían el deber de
mantener a la
burguesía, aunque no tengan el menor deseo de
hacerlo.
No
nos detendremos a discutir tal punto de vista. La clase obrera lo
resolverá sola y en la práctica, llegando la
revolución social.
Sin embargo, creemos que los autores de la "Respuesta" no
serán tapados con elogios por el
tierno cuidado con que cubren a un
burgués que se niega a trabajar. ¿No sería mejor avisarles a los
autores de la
"Respuesta" que busquen alguna forma para
volver a los burgueses en miembros honestos de la sociedad de
trabajadores, en lugar de cuidarles con tal solicitud?
Pero
el más impresionante truco de los autores de la "Respuesta"
viene más adelante. Luego de vérseles rebatiendo todas las
posiciones de la "Plataforma", luego de vérseles
despreciar a sus autores como vergonzosos
Bolcheviques, y su sistema
constructivo despreciarlo como una forma transicional de sistema
estatal económico y
político -uno podría esperar verles
presentando un provocador esquema de la sociedad anarquista
post-revolucionaria, de la sociedad en que todos van a encontrar sus
necesidades satisfechas y la cual no tendrá nada
en común con
aquella descrita en la "Plataforma". Sin embargo, no hay
nada de esto. Todo lo que uno encuentra,
es una admisión de que el
esfuerzo creativo de la revolución social "será un comienzo
natural para la formación de una sociedad anarquista". Ahora
bien, tal declaración ha sido tomada, palabra por palabra, de la
"Plataforma", la cual afirma que "la victoria de los
obreros... será el comienzo de la construcción de una
sociedad
anarquista, la cual, una vez esbozada, seguirá luego, sin
interrupciones, su propia linea de desarrollo,
fortaleciéndose y
completándose". En verdad, cuando se trata de nuestros
adversarios, el lado derecho de su
mente no tiene idea de lo que el
lado izquierdo hace y piensa.
5. El Problema de la
Producción
Tampoco
los autores de la "Respuesta" dejan de manifestar
objeciones categóricas a nosotros en relación al
problema de la
producción. Es muy difícil tener idea de qué ocasiona sus
objeciones, así como qué es lo que
favorecen en su exposición. La
idea de una producción unificada y coordinada que plantea la
"Plataforma" los
petrifica, así como la idea de agencias
dirigiendo la producción elegidas por los trabajadores. En la idea
de
producción coordinada, ellos adivinan el espectro de la
centralización y el estatalismo y ofrecen, en cambio, la
idea de
producción descentralizada.
La
idea de producción unificada es clara: la "Plataforma" ve
a toda la industria moderna como una única y
gigantesca maquinaria
de productores, creada por los esfuerzos de numerosas generaciones de
trabajadores y,
por tanto, propiedad de todos y de ningún
particular.
Las
ramas particulares de la producción están inseparablemente
interconectadas y no pueden producir ni existir
como entidades
separadas. La unidad de esa maquinaria está determinada por factores
técnicos. Pero sólo una
producción unificada y coordinada es
capaz de existir en esta fábrica mastodóntica: la producción
realizada de
acuerdo a un esquema general prescrito por las
organizaciones productoras de obreros y campesinos, un plan
diseñado
a la luz de las necesidades de la sociedad como un todo: los
productos de esa fábrica pertenecen a
toda la sociedad laboriosa.
Tal producción es genuinamente socialista.
Es
de lamentar que los autores de la "Respuesta" omitan
explicar cómo ellos visualizan la producción descentralizada. Pero
deberíamos suponer que están hablando de muchas producciones
independientes, de
industrias aisladas, de asociaciones separadas y
quizás incluso fábricas separadas, produciendo y disponiendo de sus
productos según les parezca adecuado. Los autores de la "Respuesta"
declaran que la producción descentralizada operará según
principios federalistas. Pero, ya que las unidades federadas no serán
nada más
que pequeñas empresas privadas (es decir, la fuerza
laboral unida de una única planta, compañía o industria), la
producción no será, en absoluto, socialista: será aún
capitalista, en la medida en que se basa en la parcelación
de la
propiedad, lo que no tardará en provocar competencia y
antagonismos.
La
producción unificada no es la producción centralizada dirigida
desde un "centro" autoritario. Meramente, la
producción
unificada es la producción auténticamente comunista.
6. La Defensa de la
Revolución
Examinando
el problema de la defensa de la Revolución, la "Plataforma"
remarca, primero, que el medio más
efectivo de defender la
revolución será encontrar una solución radical a los problemas de
la producción, del
abastecimiento y de la tierra. Pero la
"Plataforma" también prevé que la solución a estos
problemas, necesariamente, prenderá una amarga guerra civil en la
cual la clase explotadora intentará retener o retomar sus
privilegios. Esto es ineludible. La "Plataforma" indica,
además, que en esa guerra, la clase actualmente en el
poder,
recurrirá a la "metodología de toda acción militar: unidad en
la planificación operacional y unidad en la
comandancia general".
Debe decirse que los explotados también tendrán que recurrir a esos
métodos de lucha, y
que todas las unidades armadas que surjan
voluntariamente deberán amalgamarse en un único ejército. Esta
necesidad no hace imposible que los destacamentos locales lleven
adelante una lucha independiente de cara a la
contra-revolución.
Pero requiere, sin embargo, que el ejército revolucionario de
obreros y campesinos confronten el
amplio frente de la arremetida
contra-revolucionaria.
A
fin de combatir la contra-revolución, los obreros poseerán un plan
operacional común y un comando general. De
otra manera, el enemigo
los atacará cuando estén más débiles y cuando menos lo esperen.
La Historia es la
mejor prueba de esto:
- A.-
Todas las revoluciones populares fueron especialmente exitosas cuando
el ejército cesó de servir ciegamente a la clase dominante y se
arrojó a la causa de los rebeldes.
- B.-
Durante la Revolución Rusa, fueron aquellos movimientos populares
que lograron unificar sus fuerzas
armadas, sus unidades de
importancia, a los cuales se confiaron las operaciones militares que
afectaban a
toda una región, siendo sensiblemente exitosos. Tal fue
el caso del movimiento insurgente encabezado por
Makhnó. Los grupos
insurgentes que fracasaron en comprender esta necesidad perecieron
frente a un enemigo bien organizado. Hubo cientos de casos como éstos
durante la Revolución Rusa.
- C.-
La Contra-revolución rusa, liderada por Koltchak, Denikin, Yudenich
y otros, debe su derrota militar,
principalmente, al hecho de que
fracasó en establecer un único plan operacional y la unidad de
comandancia para los ejércitos contra-revolucionarios: de tal modo,
mientras Koltchak estaba cerca de Kazán y avanzaba hacia Moscú (en
1918), Denikin permanecía en el Cáucaso; pero fue sólo cuando
Koltchak fue "liquidado" (en 1919) que Denikin cercó
Moscú. (Nota: No estamos acá hablando de la guerrilla librada por
los campesinos en contra de Koltchak y Denikin, que luego condujo a
la derrota militar
y social de este último).
El
trabajo insurgente revolucionario durante la guerra civil debe saber
cómo usar la metodología de la unidad en la
planificación
operacional y de la comandancia general de las fuerzas armadas
revolucionarias. Sin eso, los obreros
y campesinos serán golpeados
por las fuerzas contra-revolucionarias, altamente familiarizadas con
las artes
militares. La "Plataforma" señaló cuán
necesario es que los obreros utilicen esa metodología, a la vez que
creen
un único ejército que agrupe a todas las fuerzas armadas al
servicio de la revolución. No es necesario decir que la
"Plataforma" insiste en esta organización sólo durante el
período de guerra civil en la lucha contra la contra-
revolución.
Una vez terminada esta guerra, el ejército revolucionario no tiene
más razón de ser y será disuelto. A
decir verdad, el capítulo
completo de la "Plataforma" que trata sobre la defensa de
la revolución, enfatiza sólo la
necesidad que los obreros tienen
de usar esa metodología de un plan operacional común y de una
comandancia
común. La "Plataforma", además, trata el
punto de que estos métodos, así como la idea del ejército
revolucionario, deben ser vistos sólo como estratagemas requeridas
por la guerra civil, y de ningún modo, como
principios anarquistas.
Nos sorprende el hecho de que ninguna mente sana y honesta podría
encontrar argumentos en ello para acusar a la "Plataforma"
de proponer la idea de un ejército regular, centralizado. Pero los
"sabiondos" de la "Respuesta", sin embargo, lo
logran. Ellos nos acusan, ni más ni menos, que de aspirar a crear
un ejército centralizado puesto a disposición de las organizaciones
productoras generales dirgidas, a su vez, por
la Unión/Partido.
Creemos que los círculos anarquistas están lo suficientemente
claros como para entender por sí
mismos lo incoherente y absurdo de
esta visión. La "Respuesta" no propone ninguna solución
eficiente y rápida al
problema de la defensa de la revolución.
Después de haber proferido, como es su costumbre, una avalancha de
los
más disparatados insultos en contra de la "Plataforma",
sus autores comienzan a murmurar algo así como unidad
de las
fuerzas armadas en la revolución, copiando así las ideas de la
"Plataforma", luego de deformarlas, como es
usual.
Pero
es al examinar la necesidad, anunciada en la "Plataforma",
de un ejército revolucionario subordinado a las
organizaciones
productivas superiores de los trabajadores, donde los autores de la
"Respuesta" dan muestras de
una mente verdaderamente
penetrante, de una auténtica maestría en las artes de la
adivinación. ¿Cómo se
atreven, nos dicen, a argumentar que eso no
corresponde a un período de transición? Cómo puede constituir un
período de transición, precisamente, la subordinación del ejército
revolucionario a las organizaciones productoras
de obreros y
campesinos - he ahí el enigma inescrutable. Las fuerzas militares de
los explotados no se convertirán
de ningún modo en un fin en sí
mismo: tendrán sólo una forma de implementar las formalidades de la
revolución
obrera y campesina. Como resultado, es a los obreros y
campesinos a los cuales el ejército rinde cuentas y sólo
ellos lo
pueden dirigir políticamente. De acuerdo a los autores de la
"Respuesta", el ejército revolucionario, o, de
hecho, las
agrupaciones armadas, no debieran rendir cuentas a esas
organizaciones: tendrán existencia independiente y lucharán según
les parezca apropiado. ¡Así, a estas gentes que tienen la
insolencia de hablar de
cosas sobre las cuales nunca han
reflexionado, sus argumentos se les vuelven en su propia contra!
7. La Organización
Anarquista
A
este respecto también, los autores de la "Respuesta" están
primordialmente preocupados de deformar el
significado de la
"Plataforma". Primero que nada, transforman la idea de un
Comité Ejecutivo en la de un Comité
Central del Partido, un comité
que elabore órdenes, haga leyes y mandatos. Cualquiera que esté
ligeramente
familiarizado, en el menor de los grados, con política
sabe que un comité ejecutivo y un comité central son dos
ideas
bien diferentes: el comité ejecutivo bien puede ser una agencia
anarquista: de hecho, tal órgano existe en
muchas organizaciones
anarquistas y anarco-sindicalistas.
A
la vez que rechazan la idea una organización amplia anarquista,
basada en una ideología homogénea, los
autores de la "Respuesta"
toman la idea de una organización sintetista donde todas las
vertientes del anarquismo
se agrupen en "una sola familia".
Para pavimentar el camino al establecimiento de esta organización,
ellos
proponen hacer un periódico en cada país que discuta y
examine todas las cuestiones controversiales, desde
cada ángulo, y
que así lleve a formar una entente entre los anarquistas.
Nosotros
ya hemos dado nuestra posición respecto a la noción de síntesis y
no vamos a repetir nuestro razonamiento aquí. Nos limitaremos,
simplemente, a decir que la existencia de discrepancias entre las
opiniones
de los anarquistas se debe a algo más que a la carencia
de un periódico que actúe como foro de discusión (ya
han existido
algunos). Un foro de discusión nunca podrá agrupar a las distintas
corrientes divergentes, pero
ciertamente podrá enredar la mente de
las masas trabajadoras. Mas aún, todo un montón de individuos que
se
proclaman anarquistas no tienen nada en común con el anarquismo.
Agrupar a esta gente (¿sobre qué base?) en
"una familia"
y describir a ese agrupamiento como "organización anarquista",
no sólo sería un sin sentido: sería
efectivamente dañino. Si por
alguna desafortunada casualidad esto llegara a ocurrir, desaparecería
toda perspectiva de desarrollo del anarquismo en un movimiento social
revolucionario de los explotados.
No
es una mezcla indiscriminada, sino que una selección entre las
fuerzas anarquistas y su consecuente organización en un partido
comunista anárquico, lo que resulta vital para el movimiento: no una
síntesis
abigarrada, sino que la diferenciación y la exploración
de la idea anarquista para llevarla así a un programa
homogéneo
del movimiento. Esta es la única forma de reconstruir y fortalecer
al movimiento entre las masas
laboriosas.
Para
concluir, diremos algunas palabras sobre los aspectos éticos de la
"Respuesta". En realidad, no es a la
"Plataforma"
a la cual la "Respuesta" se refiere, sino que a una serie
de posiciones debidamente deformadas por
adelantado, por los autores
de la "Respuesta". No hay un solo párrafo al cual
respondan sin un preámbulo.
Siempre comienzan indagando en las
omisiones Jesuíticas de una posición y, luego de haberlas
aderezado,
proceden a hacer sus objeciones. En sus manos, la
"Plataforma" se ha convertido en una conspiración
diabólica
contra el movimiento anarquista y contra la clase
trabajadora. Así representan el pensamiento de la "Plataforma":
"En la cúpula, el partido dirigente (la Unión General de
Anarquistas); más abajo, las organizaciones superiores
obreras y
campesinas dirigidas por la Unión; y más abajo aún, las
organizaciones inferiores, los órganos de lucha
frente a la
contra-revolución, el ejército, etc." En todas partes, hablan
de instituciones de "investigación y violencia
política".
Se describe, así, una escena, un retrato, de un Estado policial,
dirigido por la Unión General de
Anarquistas.
Uno
bien podría preguntarse: ¿por qué recurrir a todas estas mentiras?
Los autores de la "Respuesta" han leído la
"Plataforma".
Entonces, deberían saber que el pensamiento tras la "Plataforma"
articula la organización de las
fuerzas anarquistas para el período
de la lucha contra la sociedad de clases capitalista: su objetivo es,
simplemente, difundir el anarquismo entre las masas y dar dirección
ideológica a su lucha. En el momento en que
los explotados hayan
vencido a la sociedad capitalista, asistirán a una nueva era en su
historia, una era en la cual todas las funciones sociales y políticas
sean transferidas a las manos de los obreros y los campesinos,
quienes
se encargarán de crear la vida nueva. En este punto, las
organizaciones anarquistas, y con ellas, la Unión
General, perderán
toda su significación y podrán, en nuestra opinión, gradualmente
disolverse en las
organizaciones
productoras de los obreros y los campesinos. La "Plataforma"
contiene toda una sección
constructiva
que trata del rol de los obreros y los campesinos en el despertar de
la Revolución. Por el contrario, no
dice nada sobre el rol
específico de la Unión Mundial de Anarquistas en esa coyuntura. Y
esto no es accidental,
sino que constituye una omisión deliberada.
Porque toda actividad política y económica entonces, se
concentrará,
en nuestra visión, en los órganos de
auto-administración de los explotados: en los sindicatos, los
comités de
fábricas, los concejos, etc.
Pero,
dando crédito a los autores de la "Respuesta", sería
entonces cuando el Partido Comunista Anárquico haría
de las suyas:
posicionado arriba en algún lugar, dirigiría las organizaciones
"superiores" e "inferiores" de los
explotados,
el ejército, etc. Esta es la manera en que tratan con un documento
del cual se proponen ofrecer una
crítica, la forma en que tratan al
lector a quien prometen la verdad. La irresponsabilidad de estos
métodos
seguramente alarmará a cualquier lector capaz de reflexión
en materias políticas.
Al
indagar las otras razones de la debilidad del movimiento anarquista,
los autores de la "Respuesta" señalan la
siguiente: "El
actual estado mental de las masas, que carecen de elementos y del
deseo de investigar, analizar
y comparar y quienes,
consecuentemente, siempre han decidido por la opción más fácil,
por el curso que ofrezca
la menor resistencia, de acuerdo a recetas
"pre-fabricadas", ofrecidas por demagogos de todos los
colores".
Permítasenos concluir nuestro exámen de la
"Respuesta" con esta notable sentencia de sus autores.
Notables
palabras, porque demuestran la futilidad e hipocresía de
sus habladurías sobre el potencial creativo "de las masas,
su
actividad autónoma, la seria amenaza que la dirección ideológica
plantea a su potencial, etc.". Si se cree a la
"Respuesta",
uno queda con la impresión de que las masas no sólo son incapaces
de encontrar los caminos a su
liberación, sino que además, no
tienen el menor deseo de ello, y prefieren seguir la linea de la
menor resistencia.
Si esto fuera así, las cosas irían mal para el
anarquismo, ya que forzosamente éste debe atraer las masas a su
lado. Al proponerse el objetivo de refutar la "Plataforma"
a cualquier costo, aunque para lograrlo, incluso, hayan
debido dar
la espalda a la razón, a los hechos y a la vida misma, es que los
autores de la "Respuesta" se han
visto reducidos a esa
clase de declaraciones.
Esperamos
haber probado, en la anterior exposición, que el programa de los
autores de la "Respuesta" carece de
fundamentos y que no
se trata más que de especímenes típicos de la incoherencia
política en nuestro movimiento.
Respecto al aspecto ético de la
"Respuesta", no puede ser descrito como otra cosa que un
objeto de lección en
calumnias.
El Grupo de Anarquistas
Rusos en el Extranjero
París,
18 de Agosto, 1927.
Notas
del traductor:
(1)
Se refiere a las claudicaciones de la social-democracia austríaca.
(2)
Pogrom es un término utilizado para denominar los ataques racistas
que sufrían las comunidades judías en
Rusia, que eran el chivo
expiatorio perfecto para el Zar, que los culpaba de cualquier mal que
aquejara a ese país.
La "Ley de Lynch", o linchamiento,
era la matanza que daba una muchedumbre con armas improvisadas a
negros,
sindicalistas y revolucionarios en los EEUU entre el siglo
XIX y siglo XX. Muchas veces, las autoridades
carcelarias,
arreglaban poner a las víctimas (usualmente presos políticos o
negros "culpables" sólo de no haber
nacido blancos) a
disposición de grupos orquestados por organizaciones racistas y
derechistas como el Ku Klux
Klan. Ambos hechos constituyen algunas
de las páginas más horrendas y vergonzosas de la hisotria moderna.