¡Ciudadanos
judíos! En mi primer "Llamamiento a los judíos",
publicado en el periódico francés "Le Libertaire", me
dirigía a los judíos en general, en respuesta a lo que afirman
burgueses y socialistas junto a "anarquistas" como
Yanovsky, que me acusan de pogromista y califican de antisemita al
movimiento de liberación de campesinos y
trabajadores ucranianos
que lideré; para que me detallaran hechos concretos en lugar de
imputaciones genéricas:
simplemente, que me dijeran dónde y cuándo
perpetré, o el movimiento antes mencionado perpetró, actos de ese
tipo.
Había
esperado a que los judíos en general contestaran a mi "Llamamiento",
que apareciera gente ávida por
descubrir al mundo civilizado la
verdad acerca de estos criminales responsables de las matanzas de
judíos en
Ucrania o que intentaran basar sus vergonzosos relatos
sobre mí y sobre el movimiento makhnovista en hechos
probados en
los que pudieran comprometerme y que los presentaran ante la opinión
pública.
Por
el contrario, no he visto que ningún judío haya presentado pruebas.
Lo único que ha aparecido hasta el
momento en la prensa,
reproducido también por ciertos órganos anarquistas judíos, acerca
de mí y el movimiento
insurgente que lideré, no ha sido otra cosa
que el producto de las más vergonzosas mentiras y de la grosería
de
ciertos maniobreros políticos y sus paniaguados. Además, hay
que decir que las unidades revolucionarias
combatientes compuestas
por trabajadores judíos jugaron un papel de primer orden en el
movimiento. La cobardía
de los difamadores no me afecta, ya que
siempre les he tratado como lo que son. Los ciudadanos judíos
pueden
estar seguros de ello si observan que no dije ni una sola
palabra sobre la farsa salida de la pluma de un tal Joseph
Kessel
con el título de "Makhno y sus judíos", una novela
escrita sobre la base de la desinformación acerca de mí y
del
movimiento conectado conmigo organizativa y teóricamente. La
sustancia de esta farsa está tomada de un
lacayo lameculos de los
bolcheviques, un tal Coronel Gerassimenko, recientemente condenado
por los tribunales
checos por espionaje para una organización
militar bolchevique. La novelucha está también basada en artículos
escritos por un periodista burgués, un tal Arbatov, que
desvergonzadamente me atribuye toda clase de violencias
perpetradas
contra una compañía de "artistas enanos". Una invención
de principio a fin, por supuesto.
En
esa novela simplemente compuesta por falsedades, Kessel me describe
de un modo tan odioso que, al menos
en aquellos pasajes que toma
prestados de Gerassimenko y Arbatov, debería haber nombrado sus
fuentes. Dado
que la falsedad representa el principal papel en esta
novela y que las fuentes son inconsistentes, el silencio fue la
única respuesta que creí oportuno dar.
Tengo
una visión bastante diferente de las calumnias que parten de
asociaciones judías que buscan hacer creer a
sus correligionarios
que han examinado cuidadosamente los actos viles y flagrantemente
injustos perpetrados
contra la población judía de Ucrania y que
buscan denunciar a sus autores.
Hace
algún tiempo una de estas sociedades, que por cierto tiene su sede
en el reino de los bolcheviques, editó un
libro, ilustrado con
fotografías, sobre las atrocidades cometidas contra la población
judía en Ucrania y Bielorrusia,
con base en materiales aportados
por el "camarada" Ostrovsky, lo cual quiere simple y
llanamente decir que en
base a lo aportado por los bolcheviques. En
este documento "histórico"no se mencionan en ningún lado
los
pogromos llevados a cabo por el jactancioso Primero de
Caballería del Ejército Rojo a su paso por Ucrania en ruta
hacia
el Cáucaso en mayo de 1920. Por el contrario, dicho documento
menciona varios pogromos y los ilustra con
fotografías de
insurgentes makhnovistas, aunque no está claro qué pintan allí,
eso por un lado, y por otro, que de hecho ni siquiera son
makhnovistas, como lo testimonia el hecho de que se quiere dar a
entender que se muestra a "Makhnovistas en acción"
mediante la foto de una bandera negra sobre la que se muestra una
cabeza humana: se
trata de una fotografía sin conexión con
pogromos y, sobre todo, y especialmente, que no muestra a ningún
makhnovista.
Un
fraude aún más significativo, conmigo y con los makhnovistas como
blanco, puede verse en las fotografías de las
calles de
Alexandrovsk, supuestamente tomadas a continuación de un pogromo
organizado por makhnovistas en
verano de 1919. Esta burda mentira es
imperdonable para la asociación judía responsable de la
publicación, ya que
todo el mundo en Ucrania sabe que en aquel
entonces el ejército insurgente makhnovista se encontraba lejos de
esa región: había retrocedido a Ucrania occidental. De hecho,
Alexandrovsk estuvo bajo controlbolchevique desde
febrero hasta
junio de 1919 y luego en manos de Denikin hasta otoño.
Con
estos documentos, la asociación judía de tendencia bolchevique nos
ha injuriado gravemente al movimiento
makhnovista y a mí: incapaces
de hallar evidencias documentales con las que denostarnos (en
beneficio de sus
patrocinadores) cargándonos pogromos antisemita,
ha recurrido a descarados engaños que no tienen relación
alguna ni
conmigo ni con el movimiento insurgente. Su falsedad aparece con aún
mayor claridad cuando reproducen
una fotografía que titulan
"Makhno, un "pacífico" ciudadano" donde quien
aparece retratado es alguien
absolutamente desconocido para mí.
Por
todas estas razones consideré que era mi deber dirigirme a la
comunidad judía internacional para mostrarles la
cobardía y la
mentira de ciertas asociaciones judías de la órbita bolchevique que
nos acusan de pogromos
antisemitas a mí y al movimiento insurgente
que lideré. La opinión judía internacional debe examinar
escrupulosamente en qué se sustentan estas infames imputaciones,
porque el esparcir tales infundios no es
precisamente la mejor
manera de establecer, a los ojos de todos, la verdad sobre lo que
soportó la población judía
ucraniana, no olvidando el hecho de
que estas mentiras sólo sirven para desfigurar por completo la
Historia.
Delo
Truda N°23-24, Abril-Mayo 1927, pp. 8-10.
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